Pizza napolitana frente a pizza romana: las diferencias que marcan el sabor
La pizza es uno de los platos más emblemáticos de la cocina italiana, pero ¿sabía que no todas las pizzas son iguales? Entre los estilos más populares de Italia están la napolitana y la romana. Estas dos variantes ofrecen experiencias gustativas distintas debido a las diferencias en la masa, los ingredientes, la cocción e incluso la forma de servirlas. En este artículo nos adentraremos en lo que diferencia a estos dos clásicos y cómo elegir el más adecuado para usted.
1. Origen e historia: Nápoles frente a Roma
La pizza napolitana data del siglo XVIII y es originaria de Nápoles, en el sur de Italia. Está reconocida como pizza tradicional e incluso ha sido protegida a escala europea gracias a la denominación "Vera Pizza Napoletana". Esta denominación exige el cumplimiento de normas estrictas en cuanto a masa, ingredientes y métodos de cocción. Para los napolitanos, la pizza es más que una comida: es un arte.
La pizza romana, en cambio, ha evolucionado desde el siglo XX y se distingue por sus características modernas. La ciudad de Roma, en el centro de Italia, es famosa por su comida rápida, y la pizza romana es uno de los mejores ejemplos de ello. Suele servirse en porciones y comerse sobre la marcha, en un ambiente más relajado.
2. La masa: blanda frente a espesa y consistente
Una de las mayores diferencias entre estos dos tipos de pizza es la masa.
- Pizza napolitana: la masa se prepara con un largo tiempo de fermentación (hasta 24 horas), lo que le da una textura flexible y ligera. Es fina en el centro pero tiene bordes gruesos, llamados "cornisas". La cocción rápida (de 60 a 90 segundos) a una temperatura muy alta en un horno de leña da como resultado unos bordes ligeramente quemados y blandos por dentro. Este contraste entre los bordes hinchados y el centro fino hace que la pizza napolitana sea única.
- Pizza romana: La masa de la pizza romana es más fina y tiene un grosor constante en toda la superficie. A diferencia de la pizza napolitana, suele servirse por porciones, en forma rectangular. Tarda más en cocinarse, normalmente en un horno eléctrico o de gas, lo que la hace más crujiente por fuera pero aún blanda por dentro. Es más grueso y consistente, perfecto para comer mientras se camina.
3. Técnicas de cocción: horno de leña frente a horno eléctrico
El método de cocción también desempeña un papel importante en la textura y el sabor de la pizza.
- Pizza napolitana: Tradicionalmente, se cuece en un horno de leña a una temperatura muy alta (unos 450 °C). Esto permite una cocción rápida en menos de dos minutos, creando una masa blanda con bordes ligeramente quemados, lo que añade un sabor único.
- Pizza romana: La pizza romana suele cocerse en un horno eléctrico o de gas a una temperatura más baja (unos 300-350°C). El tiempo de cocción es más largo, lo que da como resultado una masa crujiente especialmente adecuada para comer por porciones.
4. Ingredientes y aderezos: simplicidad frente a creatividad
- Pizza napolitana: La pizza napolitana es conocida por su sencillez. Los ingredientes son clásicos y minimalistas, concentrándose en unos pocos ingredientes de alta calidad. Entre las versiones más famosas están la Margherita (tomate San Marzano, mozzarella di bufala, albahaca fresca) y la Marinara (salsa de tomate, ajo, orégano, aceite de oliva). Aquí se hace hincapié en la frescura y el equilibrio de sabores.
- Pizza romana: más moderna en su planteamiento, la pizza romana ofrece una mayor variedad de ingredientes. Son habituales las combinaciones creativas, como la pizza alla carbonara (inspirada en el famoso plato de pasta) o la pizza bianca (sin salsa de tomate, a menudo cubierta de queso y verduras). A la pizza romana le gusta experimentar con los ingredientes y puede incluir carnes, verduras asadas, quesos variados e incluso salsas más atrevidas.
5. Tamaño y formato: individual o compartido
- Pizza napolitana: suele servirse individualmente y tiene un tamaño modesto, ideal para una persona. Su centro fino y sus bordes suaves facilitan su degustación, a menudo acompañada de un vaso de vino o cerveza.
- Pizza romana: la pizza romana suele venderse por porciones, cortadas en grandes trozos rectangulares. Es ideal para compartir o para una comida rápida sobre la marcha. Vendido al peso, también permite variar los placeres tomando varias rebanadas con distintos rellenos.
6. Popularidad internacional: adaptación e influencia
- La pizza napolitana tiene una repercusión mundial gracias a su autenticidad. Muchos pizzaiolos (pizzeros) de todo el mundo intentan reproducir la "vera pizza napoletana", respetando las estrictas normas de ingredientes y cocción. Se pueden encontrar pizzerías napolitanas en muchas ciudades, donde prima la calidad de los productos.
- La pizza romana, con su práctico formato y versatilidad, también ha conquistado el mundo, pero de forma más flexible. Su estilo se adapta a menudo a las preferencias locales. Por ejemplo, en algunos países se añaden más quesos o carnes, pero conservando la ligereza y la textura crujiente de la masa.
Conclusión
En resumen, las pizzas napolitana y romana representan dos visiones distintas de la pizza italiana, cada una con sus propios puntos fuertes. La napolitana se basa en una masa blanda, ingredientes sencillos y una cocción rápida, perfecta para los puristas que buscan una experiencia tradicional. La romana, en cambio, ofrece una masa más gruesa y consistente, ideal para un consumo rápido, con una gran variedad de atrevidos ingredientes.
Elijas la que elijas, estos dos estilos de pizza te sumergirán en la riqueza y diversidad de la cocina italiana.